Sudamericano U20, Ecuador vs Venezuela: Golpe de realidad

Han pasado varios años ya desde esa selección U20 que le dio a todo un país tantas alegrías, esa que consiguió aquel primer titulo y nos llenaba de orgullo en cada participación, inclusive en un mundial de la categoría, llegando al tercer lugar. En un país como el nuestro, con tan pocos logros futbolísticos para apelar a la nostalgia, estar tan cerca de tocar el cielo fue un espectáculo, hasta ahora, sin igual.

Lo cierto es que, a raíz de esas victorias, nos quedamos con hambre de algo más. Y el talento naciente en el país nos hacía ilusionar con una nueva participación gloriosa en este 2023, pues, los que trabajamos y vivimos alrededor del fútbol, conocemos que acá hay madera para lograr cualquier cosa.

La camada de la nueva selección U20 ilusionaba desde los nombres: Patrickson Delgado, Patrik Mercado, Óscar Zambrano, Sebastián González, quizás, de las mejores generaciones de medio-campistas que recuerde en los últimos años, Gilmar Napa, Justin Cuero, Alan Minda, y otros; en su mayoría ya con minutos destacados en primera. Pero, en un deporte colectivo como este, con individualidades no basta, y ahí es donde debe verse reflejado el trabajo del Cuerpo Técnico.

Y en ese sentido, Jimmy Bran ha demostrado tener falencias importantes, desde lo que hemos podido ver partido a partido. Dejando de lado la convocatoria, donde se quedaron varios nombres que ya destacaban, hay cosas que futbolísticamente tienen poco sentido. Ahora sí, empezamos.

El primer partido de este Sudamericano fue pobre por parte de Ecuador, principalmente desde la propuesta mostrada en cancha, un equipo sin conexión y con poca química en gran parte del campo, con una idea que parecía no llegar: nuestro rival tuvo, como poco, cuatro chances claras. Solo metió una, algo de suerte sumada a un trabajo excepcional de nuestro portero, Gilmar Napa. Se veían los primeros estragos del bloque defensivo, laterales sin retroceso y un equipo expuesto a la contra, que, por si fuera poco, perdía la pelota constantemente en salida.

Una genialidad de Justin Cuero nos dio nuestro primer gol y logramos el empate. Contra Bolivia, un equipo de menor nivel en relación a Chile, parecía repetirse la historia de un Ecuador sin ideas el 1T: Sebastián Gonzalez fuera de su zona no tuvo minutos correctos hasta que volvió al interior, Oscar Zambrano, uno de nuestros mejores talentos, incomodo como pivote, al igual que el resto del sudamericano, los extremos sin profundidad. Nuestro rival no tenía tanto peso ofensivo y no sufrimos demasiado. De tanto empujar, una pelota parada nos dio la victoria, por un posicionamiento defensivo bastante pobre del rival, que Ecuador pudo aprovechar tras centro de Sosa, intento de cabezazo de Mina y mal desvío del rival.

En estos primeros partidos, Ecuador no convencía desde la idea, pero aún tenía una carta para asegurar, finalmente, el hexagonal. Con todos los problemas antes expuestos, Ecuador estaba aún con serias chances, de hecho, el empate lo clasificaba tras la victoria de Uruguay, ante un rival que, en ese momento, no había marcado ningún gol en el torneo. La fiesta estaba hecha, pero un error de Garis Mina terminaría dando un penal al rival, al minuto 15. Con más de 75 minutos para buscar, aunque sea, un gol, Ecuador no consiguió empatar el partido, y no aseguró la clasificación. Fútbol sin ideas, pelotazo al área y buscar, entre tanta gente y tan poco espacio, algún alivio para clasificar. Alivio que, como dijimos antes, no llegó nunca.

Entonces, hay que hablar de como llegó Ecuador a estos Juegos Sudamericanos.

Hay que partir desde lo previamente conocido: Ecuador ya había disputado un torneo con gran parte de esta selección, los Juegos ODESUR, donde llegamos a la final y tuvimos momentos importantes, pero la constante fue un sistema defensivo sin garantías. Al igual que hoy, en ese torneo nuestra figura principal fue un portero, Ethan Minda. En el sudamericano, destaca Gilmar Napa. En torneos cortos, tener arqueros de calidad supone un salto importante en relación a los que no, te pueden dar puntos, clasificaciones, y hasta campeonatos, pero depender exclusivamente del portero esta lejos de ser ideal.

Desde allí, conocemos entonces, que el sistema defensivo de Ecuador no es el idóneo, es decir, lo sabíamos desde hace meses, a nuestros centrales con pelota en conducción, con responsabilidad del primer pase y con espacios excesivos para el retroceso, les cuesta. Entonces, tácticamente, debió existir una respuesta por parte del entrenador, para el torneo importante: El campeonato sudamericano.

Y no pasó, más bien, pasó lo contrario: les brindó excesivas responsabilidades con pelota, hizo que adelantaran las líneas de forma excesiva y, además, no puso muchas líneas de pase para liberar desde el segundo bloque, es decir, medio campo. Parecía un equipo inconexo entre líneas en varios momentos de estos tres partidos, por lo que los problemas conocidos terminaban haciendo aún más ruido al no tener soluciones tácticas.

Esta claro que, defensivamente hablando, nuestro talento no es el mejor del torneo. El equipo llevado a este Sudamericano tiene ciertas deficiencias, pero también fortalezas, entonces creo que, al no ser el primer torneo de esta selección, hay mucho trabajo que se pudo hacer desde el mando para tratar de frentear. Por ejemplo, utilizar un pivote de verdad, y no a Oscar Zambrano que va mucho mejor jugando desde el interior, porque además limitas a uno de los mejores que tenemos. No exponer a los laterales a jugar con tantos metros a las espaldas podría haber sido útil. Hay cosas que pudo precautelar Jimmy Bran.

Después, las conexiones entre media cancha y zona ofensiva no son las ideales. Este Ecuador no tiene juego asociativo, a pesar de tener nombres idóneos para ello, y termina dependiendo de individualidades de Patrickson Delgado, Mercado, Cuero, Klinger, y otros, eso también refleja un trabajo limitado por parte del CT: teniendo tanto buen pie, parece inconcebible que lo individual sea nuestra única forma de atacar.

Hay muchos jugadores que no han rendido como se esperaba, pero en gran parte creo es por el rol que se los otorgó, para algunos desconocido, para otros lejano a sus características, lo que, evidentemente, no podía tener un resultado ideal. Sebastián González como extremo fue uno de los principales casos, cuando venía en un nivel decente jugando en su posición ideal; Óscar Zambrano lejano de la zona de creación y pase profundo, limitado al primer pase, algo lejano a su mejor perfil: el ofensivo.

Por otro lado, dentro de los ofensivos, innumerables ocasiones en las que Justin Cuero debe, en exceso, salir del área para gestar, cuando se vio que dentro puede hacer mayor daño, Alan Minda jugando en una banda esquiva y, a veces, sin compañía suficiente. El trabajo colectivo parece nulo, o la idea no llega de forma correcta a los jugadores, pero lo que quiero marcar de forma principal es que en esta nómina hay talento.

Entonces, la guía que hoy recibe ese talento parece no tener los resultados esperados. Creo que hay formas de remontar esta situación aún, pero si continua haciendo lo mismo y esperando resultados diferentes, no llegará muy lejos. En el fútbol hay también que entender y asumir los errores para, en los siguientes juegos, no lucir tan expuesto. El hexagonal, en caso de clasificar, sería durísimo: selecciones de un nivel individual y colectivo superiores, en exceso, hasta lo ahora mostrado por Ecuador. No hay que aferrarse a los errores para buscar tener razón.

Diego Briones

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