MATEO PIEDRA: LA MENTALIDAD Y ANATOMÍA DE UN CRACK

“El éxito no es un accidente. Es trabajo duro, de perseverancia, aprendizaje, estudio, sacrificio y, sobre todo, amor por lo que estás haciendo o aprendiendo a hacer”, reza un dicho tan antiguo como sabio en el mundo del fútbol, de hecho, fue acuñado por el Rey Pelé. En esto se ha ejemplificado la naciente carrera de nuestro protagonista, el joven defensa cuencano, Mateo Piedra.
De carácter noble y de personalidad impetuosa, un futbolista que mentalmente está por encima del jugador promedio ecuatoriano y que desde su disciplina, conocimiento y pasión por lo que hace, ha logrado evolucionar de forma sustancial en la parte técnica y táctica, además de ser un ejemplo latente de un deportista con un desarrollo integral.
Esta historia comienza a inicios de este milenio, en una ciudad en donde definitivamente el fútbol se vive de manera diferente y bajo la cuna de una familia muy dedicada a la medicina y la academia, nacía Mateo Piedra. En aquel entonces un niño que miraba con admiración, la tenacidad y el esfuerzo de sus padres con su profesión, pero al mismo tiempo no despegaba su vista de las canchas y el balón. En definitiva, su futuro coqueteaba ya con algunas vocaciones, pero todos sabían que sus sueños estaban ligados con el rey de los deportes.
“Tal vez mis padres no eran grandes deportistas, pero si eran grandes estudiantes, siempre fueron los mejores y ahora lo son. Ellos buscan lo mismo, que sea el mejor en lo que hago”
Con el talento siempre ligado a sus botines y sus sueños deportivos bien orientados desde niño, Mateo dio sus primeras pinceladas en la escuela de fútbol de Liga de Cuenca, para después marcharse durante cinco años a Colombia, debido a un postgrado que realizarían sus padres. Aquí, siguió jugando y aunque era tan solo un niño, el jugar, vivenciar y conocer otros escenarios y territorios le brindaron nuevas experiencias y amigos.
Ya en su regreso a Ecuador, mientras se desarrollaba en el colegio, jugó un zonal Sub-14 con el club Estudiantes, donde gente cercana a Deportivo Cuenca vieron mucho potencial en él y le propusieron que juegue en las formativas del Expreso Austral. Para Mateo, era un sueño llegar al equipo de sus amores y el principio de su objetivo de llegar a ser un futbolista profesional.

Deportivo Cuenca abría las puertas a uno de los mejores canteranos que ha tenido el equipo en los últimos años, pero la premisa de Mateo y sus padres era continuar con su formación académica, mientras se desarrollaba en el fútbol. Sin embargo, en un inicio se le complicó mucho a nuestro protagonista, él optó por cambiarse a un colegio nocturno para estabilizar sus tiempos, pero en este colegio, no estaría más de siete meses, pues él y sus padres buscaban más rigor educativo y aprendizaje. Al final, llegó a un nuevo colegio donde lo apoyaban cuando tenía que ausentarse por alguna competencia y se encargaban de igualarlo en conocimientos.
“Toda mi vida supe que si quería ser futbolista tenía que dejar muchas cosas a un lado. No me importa dejar lo que sea por cumplir lo que quiero, intento cuidarme mucho, entonces más que un sacrificio se vuelve una costumbre en mí”
Líder dentro y fuera de la cancha, sentido de pertenencia impregnado con el equipo y la ciudad; sacrificio, preparación, don de la oportunidad, heroísmo, fortaleza mental y trabajo duro. Así se puede resumir el paso Mateo Piedra por el club de sus amores, con varios momentos para recordar, como su emocionante y correcto debut, además de una temporada en la que el Expreso Austral estuvo al borde del descenso.
Como toda gran oportunidad, el debut llegó sin previo aviso, cuenta Mateo que se encontraba entrenando en reserva el fin de semana y ya para el lunes lo llamaron a entrenar con primera. Días después, el DT Tavaré Silva le mencionaría que iba a ser titular, paradójicamente su debut sería contra Independiente del Valle, en donde junto con Ayrton Morales serían los mejores jugadores el partido. Nuestro protagonista terminaría el encuentro con cuatro despejes, dos remates bloqueados, tres intercepciones y un rango de 87% en efectividad de pases. Propios y extraños, reconocieron en Mateo, un diamante a pulir.
Antes del partido tenía muchos nervios, muchas emociones encontradas, pero cuando comenzó me di cuenta que era un partido de fútbol como los que ya había jugado mil antes en la vida.
Pero no solo su debut marcaría la carrera del joven cuencano, pues el fútbol tiene muchos matices y, en este caso, Mateo en 2020 vivenció la crisis económica y deportiva más grande del Deportivo Cuenca en los últimos años. El Expreso Austral terminaría la primera etapa con apenas ocho puntos, y con una sensación de ser un equipo confundido tanto a nivel conceptual como posicional, además se escuchaba a gritos la necesidad de un giro de timón, el mismo que se dio para la segunda etapa con una nueva directiva que dotó de más estructura al plantel y que potenció al equipo a través de la pizarra de Duró. Así terminarían esta fase del torneo con casi el triple de puntos de lo generado en la primera etapa y con el club salvando la categoría de manera agónica, pero con mejores sensaciones desde lo colectivo y gratas sorpresas desde lo individual. Mateo Piedra fue clave en esta gesta heroica, siendo solución a grandes lagunas defensivas del equipo y sirviendo también como una pieza clave para cerrar mejor los partidos.
Así lo describió Mateo: “Realmente fue algo muy complicado, esos cuatro meses finales fueron duros; el grupo sentía mucha tensión, pero yo en lo personal sentía una presión enorme porque es el equipo de mi ciudad y sentía una responsabilidad muy grande, por eso cuando entraba y me tocaba jugar lo hacía con todo el honor y la responsabilidad del mundo, sabía lo que nos estábamos jugando, pero la verdad espero nunca en la vida volver a jugar partidos peleando el descenso, es una sensación tremenda, había partidos en los que algunos jugadores teníamos lágrimas en los ojos mientras jugábamos.

Para la temporada 2021, Mateo continuaría en el Deportivo Cuenca la primera etapa, sin sumar demasiados minutos, sin embargo, en el fútbol y en la vida, suelen llegar gratas sorpresas cuando menos te lo esperas. Así un día llegó el llamado de Independiente del Valle para poder llevarlo a jugar en su equipo filial. El joven canterano cuencano con la alegría de que uno de los clubes hegemónicos de Sudamérica en los últimos años, se haya interesado en él, no lo pensó dos veces y decidió enrumbarse a una nueva aventura.
Por estilo, modelo y sincronía del jugador con la filosofía ´´de juego de Independiente del Valle, parecía el lugar y destino idóneo para que pueda desarrollar todo su fútbol, que por cierto, es mucho. Un fichaje que encaja perfectamente en el ecosistema de Felipe Sánchez y ADN Rayado, pues Mateo siempre se confesó amante del fútbol de posesión y meticuloso.

Ya en Independiente Juniors, rompiendo el mito del tiempo de adaptación, Mateo encontró el escenario ideal para mostrar todos sus conceptos técnicos y tácticos. Desde el día uno mostró su estirpe futbolera y pudo sumar 11 partidos en la Segunda Etapa, en donde pudo mostrarse como defensa central, lateral izquierdo, stopper en una línea de tres, sumando un promedio de 82 pases por partido, con una efectividad del 90% y logrando así su mejor registro defensivo en cuanto a recuperaciones y quites, tomando en cuenta los 11 primeros partidos. La temporada terminaría con Mateo adaptado en un 100% al gen Independiente del Valle y con su nuevo equipo muy conforme con el rendimiento del jugador.
Con mucha alegría, nos hemos enterado hoy que Mateo Piedra estará entrenando en otro de los equipos filiales de IDV, en esta ocasión con el Numancia de España, en unas pasantías que seguro le traerán muchísimos aprendizajes y experiencia, además, quién quita y es un viaje al “Viejo Continente” sin boleto de retorno. Solo el tiempo nos permitirá conocer el futuro de este gran jugador, sin embargo, nos hemos quedado cortos en el análisis técnico y táctico de nuestro protagonista por lo que les invito a estar atentos a una segunda parte en donde estaremos hablando de las habilidades de esta joven promesa ecuatoriana.